que buscan aventuras y riquezas en la selva.
Sólo para cantar sin tener que cocinar viven las Iaras.
(Para los biólogos son vacas marinas asoleándose en las orillas.)
Sus canciones curan heridas que las gentes hacen en los ríos.
A los pescadores que no han cogido nada,
las Iaras prometen caricias todo el tiempo.
Quienes prueban de su miel se quedan en los ríos para siempre.
En cualquier lugar, una mujer cantando o peinándose el sexo
puede ser una Iara.